Dejar que pase el tiempo
con la mirada errante sin ninguna dirección.
Un libro siempre abierto,
las hojas arrancadas una a una con rencor.
En un lugar cualquiera,
en una secundaria carretera provincial,
la luz en la ventana
brillando con el ruido de camiones al pasar.
Y en la recepción hay un nombre falso,
nadie en el mundo sabe dónde estoy
(sin saber, sin saber dónde estoy).
Y ahora que estoy solo con mi pensamiento
esperaré que el viento me venga a buscar.
Ideas circulares,
palabras que no paran de girar en mi interior.
Mentiras y verdades,
que parecen iguales donde suena mi tambor.
Hay alguien ahí afuera
hablando en el pasillo como burlándose de mí.
Se escuchan cachetadas
y ruido de cucharas, y una chica dice «sí».
Hay un ahorcado en la puerta de al lado
que dice: «Por favor no molestar.»
(nunca más, nunca más, nunca más).
Y ahora que estoy solo con mi pensamiento
esperaré que el viento me venga a buscar.
El frío juega en contra mío, y ahora que
no hay nada que me reconcilie con volver,
soy la funda vacía
de una guitarra que un día aprenderá a tocar.
Dejar que pase el tiempo
con la mirada errante sin ninguna dirección.
Un libro siempre abierto,
las hojas arrancadas una a una con rencor.
Hay alguien allí afuera,
hablando en el pasillo como burlándose de mí.
Se escuchan carcajadas
y ruido de cucharas, y una chica dice «sí».
En la puerta hay un cartel colgado
que dice: «Por favor no molestar.»
(nunca más, nunca más, nunca más).
y ahora que estoy solo con mi pensamiento
esperaré que el viento me venga a buscar.
El frío juega en contra mío, y ahora que
no hay nada que me reconcilie con volver,
soy la funda vacía
de una guitarra que un día aprenderá a tocar.
Esperando que el viento me venga a buscar…