Por el niñito que se muere cerca de su madre
Mientras que infantes se divierten al parterre
Y por el pájaro herido que no sabe como
De repente su ala se ensangrienta y baja
Por la sed y el hambre y el delirio ardiente
La saludo, María.
Por los chiquillos golpeados, por el bebedor que vuelve
Por el burro que recibe golpes de pies en el vientre
Y por la humillación del inocente castigado
Por la virgen vendida que han desnudado
Por el hijo cuya madre ha sido insultada
La saludo, María.
Por la anciana que, tropieza bajo demasiado peso
Se exclama:¡Dios mío! Por el desdichado cuyos brazos
No pudieron apoyarse en un amor humano
Como la Cruz del Hijo sobre Simón el Cireneo
Por el caballo caído bajo el carro que arrastra
La saludo, María.
Por los cuatro horizontes que crucifican el mundo
Por todos los cuya carne se desgarra o sucumbe
Por los que son sin pies, por los que son sin manos
Por el enfermo que operan y que gemía
Y por el justo puesto al nivel de los asesinos
La saludo, María.
Por la madre aprendiendo que su hijo está curado
Por el beso perdido, por el amor dado de nuevo
Por el pájaro llamando al pájaro caído del nido
Por la hierba que tiene sed y recoge el aguacero
Y por el mendigo encontrando su moneda
La saludo, María