La mujer más guapa del mundo,
la que me pilla por sorpresa,
dijo no y fue un no rotundo,
y desde entonces no me besa.
Y yo que con sus besos lo pasaba genial
desde entonces la rondo fantasmal,
pero la rondo porque en el fondo
su amor no tiene igual aun sin ser corporal.
La mujer más guapa del mundo,
la que me deja a la intemperie,
dice que soy tonto profundo,
que soy un vil amante en serie.
Y yo que soy consciente de mi frivolidad
aquí estoy tiritando en soledad,
pero la rondo porque en el fondo
su nueva castidad me pone cantidad.
Quizá algún día
su terca cerrazón se ablandará,
quizá un buen día
mi golfo corazón exclamará
¡ésta es la mía!
y será mi noche de ronda
noche redonda.
La mujer más guapa del mundo,
la que se me ha vuelto intangible,
sabe que mi amor fue fecundo
pero lo da por imposible.
Y yo que le concedo gran parte de razón
he acatado su justa decisión,
pero la rondo porque en el fondo
quiere oír mi canción, asomarse al balcón.
La mujer más guapa del mundo,
la que sus labios me rehúsa,
bajará la guardia un segundo
si mi guitarra la engatusa.
Y yo que veo lógico su ¡nunca jamás!
debería dejar todo eso atrás,
pero la rondo porque en el fondo
dijo ¡nunca quizás! y porque es que es la más.
Quizá un buen día
su terca cerrazón se ablandará,
quizá un buen día
mi golfo corazón exclamará
¡ésta es la mía!
y será mi noche de ronda
noche redonda.