María, con ojos que despiertan
al sol que me la muestra
con roja timidez.
Ella veía la luz de mis mañanas,
esquiva las miradas
mientras se sube al tren.
De Luis sólo sé que escapa de las prisas;
el retrato de un artista
cubre el libro que,
apoyado en sus mangas de camisa
arrugada, optimista,
le hace gracia mientras lee.
Entraron en el pozo
Que se hizo más profundo,
desconchado, como el Mundo,
derrotado por la Fe.
Dejando vida en rabia contenida,
grito en nota sostenida.
mil destinos de una vez.
Entraron, los raíles aguantaron,
despertaron asustados,
impotentes, sin saber…
dejando muerte en proyectos de vida,
la mirada de María,
la ciudad en un andén.
Y esta pena se ha quedado en las aceras…
Y este marzo, recogiendo sus pedazos…
Y este duelo, que nos deja un desconsuelo
que jamás comprenderemos.
Soy María, somos Luis…
Entraron en el pozo
que se hizo más profundo.
Desconchado, como el Mundo,
derrotado por la Fe.
Dejando vida en rabia contenida,
grito en nota sostenida.
Mil destinos de una vez.
Entraron, los raíles no aguantaron,
despertaron asustados,
impotentes, sin saber…
dejando muerte en proyectos de vida.
La mirada de María,
La ciudad en un andén.
¡Qué las sirenas sólo suenen como cantos desde el mar!
¡Qué nuestra boca no se canse de gritar!
¡Qué la alegría vuelva hoy en cercanías!
¡Qué no se olvide la mirada de María!