Les voy a contar la historia
Del gran amor de un acianito
Y una dulce margarita
Coqueta y guapa de los deseos.
Ella guardaba su collar
Cuando él le andaba detrás,
Ella ruborizaba como una niña
Cuando él le decía “Mi amor”.
Oh, mi pequeña margarita,
Te amaré siempre, siempre.
Ella repetía pequeñita:
"Te amaré siempre, siempre".
~ ~
Pero tanto amor no duró,
Un chico que pasaba por ahí
Recogió la belleza del aciano
Para la florecilla que lo seguía.
Ella le arrancó los pétalos,
Luego la tiró sin su ropa
Y la pequeña margarita
Murió de vergüenza, ¡oh que vida!
El acianito lloró junto a ella,
Dejándose morir de amor,
Sus últimas palabras fueron para ella:
"Te amaré siempre, siempre
Te amaré siempre, siempre
Te amaré siempre, siempre”.