Cuando sentí el frío de tus ojos grises,
los míos ya fueron dos barcos sin faro,
que adentro del alma me echaron raíces,
volviéndome loca, tus ojitos claros.
Es un infierno mi vida,
y aunque tú nunca me quieras,
por tu salud no me pidas,
por tu salud no me pidas,
que me vaya de tu vera.
Tormentos son de mi vida,
tus ojos color acero,
sin ellos no viviría,
y si me miran me muero.
Mi corazón te maldice,
y luego se echa a llorar,
y en sus lamentos me dice,
que yo no puedo olvidar,
la luz de tus ojos grises.
Tormentos son de mi vida,
tus ojos color acero,
sin ellos no viviría,
y si me miran me muero.
Mi corazón te maldice,
y luego se echa a llorar,
y en sus lamentos me dice,
que yo no puedo olvidar,
la luz de tus ojos grises.