El silencio entre nosotros empieza a dolernos de más,
creo que llegó el momento de dejar todo atrás.
No busquemos salida, si nunca quisimos entrar,
no recuerdo un domingo de lluvia besándonos en el sofá.
Porque nunca fuimos buenos en amar,
porque nunca nos quisimos amarrar.
Si yo tuviera la llave de tus ojos cerrados,
si yo pudiera inventar cada recuerdo, cada abrazo,
si hoy encuentro respuesta y descubro la cura,
al final de la historia, no habrá guerras ni armaduras.
Sabes bien que llevo un tiempo buscando la forma de hablar,
sé que juegas a escondidas y nunca lo vas a aceptar.
De qué sirve esta mentira, cuando siempre te di mi verdad,
esto no es un simulacro, esta herida nos puede matar.
Y es que nunca fuimos buenos en amar,
porque nunca nos quisimos amarrar.
Si yo tuviera la llave de tus ojos cerrados,
si yo pudiera inventar cada recuerdo, cada abrazo,
si hoy encuentro respuesta y descubro la cura,
al final de la historia, no habrá guerras ni armaduras.
Siempre hemos tratado de avanzar y si caías, caía contigo detrás.
En silencio siguen creciendo las dudas, en silencio yo las dejaba desnudas.
Si yo tuviera la combinación abriría lo que el dolor ha cerrado
que es una ocasión perfecta para esta ecuación y romper de tus ojos el candado.
Si yo tuviera la llave de tus ojos cerrados,
si yo pudiera inventar cada recuerdo, cada abrazo,
si hoy encuentro respuesta y descubro la cura,
al final de la historia, no habrá guerras ni armaduras.