Te duermes enterrado en un campo de trigo
No la rosa, no el tulipán
Velan por ti en la sombra de los fosos
Sino mil amapolas rojas
Largo de los bancos de mi corriente
Quiero que bajen lucios de plata
No más cadáveres de soldados
Llevados en el brazo por el agua
Así decías y era invierno
Y como los otros hasta el Infierno
Te vas, triste, como quién debe
El viento te escupe en tu cara la nieve
¡Para, Pedro, para ahora!
Deja que el viento te pase un poco sobre
De los muertos en la batalla tu llevas la voz
Los que dieron su vida y tuvieron una cruz
Pero tú no lo oiste y el tiempo pasó
Con las temporadas a paso de Java
Y llegaste a pasar la frontera
En un hermoso día de primavera
Y mientras marchabas con el alma en tu hombro
Viste un hombre al pie del valle
Que tenía tu mismo exacto humor
Sino el uniforme de otro color
¡Dispárale, Pedro, dispárale ahora!
Y después de un golpe ¡dispara de nuevo!
Hasta que no lo veas inanimado
Caer en tierra y cubrir su propia sangre
Pues si le desparo en la frente o en el corazón
Solamente tendrá el tiempo para morir
Pero yo tendré el tiempo para ver
Ver los ojos de un hombre que muere
Y mientras le muestras esta consideración
Él se vuelve y te ve y tiene miedo
Y tomando su artillería
No corresponde a tu cortesia
Caiste en tierra sin gemido
Y te diste cuenta en un solo instante
Que el tiempo no te sería bastado
Para pedir perdón por cada pecado
Caiste en tierra sin gemido
Y te diste cuenta en un solo instante
Que tu vida terminaba aquel día
Y nunca habría un retorno
Nineta mia, para morir en mayo
Se necesita mucho, demasiado coraje
Nineta querida, directo al infierno
Preferiría haber ido allí en el invierno
Y mientras el trigo te escuchaba
En tus manos tenías un fusil
En tus boca tenías palabras
Demasiado congeladas para fundirse al sol
Te duermes enterrado en un campo de trigo
No la rosa, no el tulipán
Velan por ti en la sombra de los fosos
Sino mil amapolas rojas