Levántate, Delgadina,
ponte tu falda de seda,
que nos vamos a la misa
a la ciudad de Morelia.
Delgadina se paseaba
de la sala a la cocina,
con su vestido de seda
que a su cuerpo le ilumina.
Cuando salieron de misa
su papá le platicaba,
Delgadina hija mía
tu seras mi prenda amada.
No lo quiera Dios del cielo
ni la reina soberana
que es ofensa para mi madre
y perdición de mi alma
Júntense, mis once criados
y enciérren a Delgadina
si les pide de comer
no le den comida fina.
Mamacita de mi vida
un favor te pediré
que me des un vaso de agua
que ya me muero de sed.
Delgadina hija mia
no te puedo dar el agua
si lo sabe el rey, tu padre
a las dos no quita el alma.
Papacito de mi vida,
un favor te estoy pidiendo
que me des un baso de agua
tu castigo esto sufriendo.
Júntense mis los once criados,
llévenle agua a Delgadina,
en vaso sobredorado,
vaso de cristal de China.
Le fueron a darle el agua
Delgadina estaba muerta,
con sus brazitos cruzados
y con su boquita abierta
La cama de Delgadina
de ángeles esta rodeada,
la cama del rey su padre
de demonios apretada.
Delgadina está en el cielo
dándole cuenta al Creador,
al contrario al rey su padre
está con el diablo mayor.
Ya con esta me despido,
con la flor de clavellina
aquí se acaban cantando
versos de la Delgadina