Dame fuerza para no traicionar al tiempo,
que lleva siempre a dar un paso atrás.
Recuerdo de niña cómo el cielo era sereno
y en el horizonte había algo que resplandecía.
Ahora me veo llevando la misma piel,
a lo mejor me he vuelto fuerte, pero no creo.
Sin embargo, al que lleva soñando desde pequeño
no le importan las derrotas.
¿Cómo hago para no darme la vuelta
aunque viaje contra el viento?
Tropiezo y me levanto,
porque caminar descalzo es la condena a la felicidad.
No escondamos más las arrugas y vivamos serenamente
sin apurarnos en exceso.
Me he dado cuenta de que esta es la condena a la felicidad.
Un largometraje que nos suaviza con el tiempo
y estamos dispuestos a afrontar la realidad.
Dame la mano, atravesemos ese patio
cuya belleza no cambiará.
En el aeropuerto, esperándote,
cuando nunca antes te habías ido.
La distancia no hace más que enseñarnos
a no dejar nunca de soñar.
¿Cómo hago para no darme la vuelta
aunque viaje contra el viento?
Tropiezo y me levanto,
porque caminar descalzo es la condena a la felicidad.
No escondamos más las arrugas y vivamos serenamente
sin apurarnos en exceso.
Me he dado cuenta de que esta es la condena a la felicidad.
¿Cómo hago para no darme la vuelta
aunque viaje contra el viento?
Tropiezo y me levanto,
porque caminar descalzo es la condena a la felicidad.
No escondamos más las arrugas y vivamos serenamente
sin apurarnos en exceso.
Me he dado cuenta de que esta es la condena a la felicidad.
Es la condena a la felicidad...
Es la condena a la felicidad...