Que de dónde amigo vengo:
De un reclusorio que tengo
en el sur de la ciudad.
Tiene más de cuatro esquinas,
con paredes, sin vitrinas:
Es una preciosidad.
Tiene muchos dormitorios,
todos con sus mingitorios
para el uno y para el dos.
Servicio de hotelería,
restaurant y drogería
por si te gana la tos.
Presta todos los servicios
para los mejores vicios
que puedas imaginar.
Mariguana de Tijuana,
cocaína colombiana
y hasta crack pa' refinar.
Cualquier licor se destila
como el Efecto Tequila
que nos hace trasudar.
También sidral de manzana
que mañana con mañana
nos tenemos que tragar.
La banca ahí se maneja
con ayuda de tu vieja
que te va a depositar::
::en bancos del extranjero
con un cheque de viajero,
ni siquiera hay que firmar.
Está cubierto de tejas,
parece un panal de abejas
sólo pa' disimular.
Se vive mejor que en casa:
con los dedos en la masa
la pasa uno a todo dar.
Eso sí, la vigilancia
se lleva algo de ganancia,
no lo puedes evitar.
La judicial y la CIA,
la DEA y la policía,
algo se han de agandallar.
Y si hablamos de placeres,
está lleno de mujeres,
a pesar de tanto güey.
Si tu gusto es exquisito
nunca falta algún bonito
de esos que les dicen gay.
Si tú quieres dormitorio,
guardería y sanatorio
tú nomás diles que sí.
Aquí está el mero jolgorio,
no te cuesta ni el velorio
si no renuncias al PRI.
Y, aunque hablen muy mal de él,
en México no hay hotel
que se le pueda igualar.
Sales y entras cuando quieres,
con cuates y con mujeres
a chupar y hasta a bailar.
Ya tenemos sucursales
en los puntos cardinales
de todita la nación.
Entrar es bien facilito:
necesitas un delito
y una identificación (o varias).
Si tú quieres al momento
casa vestido y sustento
y una vida cual no hay dos.
Ahi vienen otro cargamento,
ánda avísate contento
y dale gracias a Dios.