Quizás fue a la hora tercia, quizás a la nona,
cosidos sobre el vestidito algunos lirios a la buena,
fue quizás por necesidad, o peor, por buen ejemplo
tomaron tus tres años y los llevaron al templo
tomaron tus tres años y los llevaron al templo.
No fue ya el pecho de Ana, entre los muros discretos,
el que consoló tu llanto, el que te calmó la sed
dicen que fue un ángel a contarte las horas
a medirte el tiempo entre comida y Señor
a medirte el tiempo entre comida y Señor.
Coro:
Se funde la nieve al sol, regresa el agua al mar
el viento y la estación vuelven a jugar
más no para ti, niña, que en el templo quedas reclinada
más no para ti, niña, que en el templo quedas reclinada.
Y cuando los sacerdotes te negaron alojamiento
tenías doce años y ninguna culpa encima
pero para los sacerdotes tuvo culpa tu mayo
tu virginidad que se teñía de rojo
tu virginidad que se teñía de rojo.
Y se quiso dar marido a quien no lo quería
se busca en el campo, se hurga en el camino:
"pueblo sin esposa, hombres de todas las quintas
el cuerpo de una virgen se rifa en lotería
el cuerpo de una virgen se rifa en lotería.
Coro:
Suelta los cabellos y mira, ya vienen...
Mírala, mírala, se suelta el cabello
es más largo que nuestras capas
mira la piel, llega la niebla
resplandece el sol como la nieve
mira las manos, mírale el rostro
parece venida del paraíso
mira las formas, la proporción
parece venida para tentar.
Mírala, mírala, se suelta el cabello
es más largo que nuestras capas
mira las manos, mírale el rostro
parece venida del paraíso
mírale los ojos, mira el cabello
mira las manos, mírale el cuello
mira la carne, mira su rostro
mira el cabello del paraíso
mira la carne, mírale el cuello
parece venida de su sonrisa
mírale los ojos, mira la nieve
mira la carne del paraíso.
Y fuiste tú José, un reducto del pasado
carpintero a la fuerza, padre de profesión
al que te viste asignada por un destino grosero
una hija de más sin razón alguna
una niña sobre la cual no albergabas intenciones.
Y mientras te vas cansado de estar cansado
la niña de la mano, la tristeza de lado
piensas: "Aquellos sacerdotes la dieron como esposa
a dedos demasiados secos para cerrarse sobre una rosa
a un corazón demasiado viejo que ahora descansa".
Según la orden recibida
José llevó a la niña a su propia casa
y enseguida se fue para realizar unos trabajos
que lo esperaban fuera de Judea.
Permaneció alejado cuatro años.