Día tras día, los días se van,
dejando la vida en el abandono.
En el jardín del hombre del corazón herido,
la hierba está quemada, no hay ni una flor.
En el árbol muerto, ya nada puede brotar,
nada más que los frutos de su dolor.
Las cuatro paredes de su casa
no albergan más que la ausencia.
¿Dónde se han ido los compañeros
con sus risas y sus canciones?
¿Dónde se han ido los compañeros
con sus risas y sus canciones?
A veces, las lágrimas vienen a regar
la hierba quemada del recuerdo,
pero ¿qué sol podrá calentar
los días pasados o venideros?
Las cuatro paredes de su casa
no albergan más que la ausencia.
¿Dónde se han ido los compañeros
con sus risas y sus canciones?
¿Dónde se han ido los compañeros
con sus risas y sus canciones?
Día tras día, los días se van,
dejando la vida en el abandono.