Todos los vientos
dispersan los males del corazón.
Yo, yo soy como el viento:
Un espíritu a mil por hora.
Seguramente juzgo demasiado rápido.
Está bien, ni modo.
Es justo aquí que me agito.
Crezco y el amor también.
Es por voluntad del viento
que yo amo vagabundear.
Yo, yo soy como el viento,
abarco todo un ejército
de sueños y de acianos.
Me sumerjo en su interior.
Yo sé lo que sé.
Incluso si lloro todo el tiempo,
entonces digo:
Dejen
de decirme que el viento ha vuelto.
No es verdad.
Si les parece,
dejen
de decir que la adolescencia es
que no sabemos nada, pues yo
encontré mi amor.
Es un soplo, es un dulce viento de amor.
Es ligero, es un viento alisio.
Yo, yo digo que el amor
se bebe hasta los asientos.
Lo que quiera, Alizée lo tiene siempre.
Como el viento,
se lleva los males del corazón
en un huracán,
un torbellino a mil por hora.
Seguramente soy como él.
Está bien, estoy
a las puertas de mi vida.
Crezco y el amor también.
Es a los cuatro vientos
que me gusta lanzarme.
Yo, yo soy como el viento,
traigo todos mis secretos
en un jardín del Edén.
Me recuesto en su interior.
Sé que este matrimonio
durará mucho tiempo,
entonces digo:
Dejen
de decirme que el viento ha vuelto.
No es verdad.
Si les parece, dejen
de decir que la adolescencia es
que no sabemos nada, pues yo
encontré mi amor.
Es un soplo, es un dulce viento de amor.
Es ligero, es un viento alisio.
Yo, yo digo que el amor
se bebe hasta los asientos.
Lo que quiera, Alizée lo tiene siempre.
Está bien... está bien.
Está bien... está bien.
Dejen
de decirme que el viento ha vuelto.
No es verdad.
Si les parece, dejen
de decir que la adolescencia es
que no sabemos nada, pues yo
encontré mi amor.
Es un soplo, es un dulce viento de amor.
Es ligero, es un viento alisio.
Yo, yo digo que el amor
se bebe hasta los asientos.
Lo que quiera, Alizée lo tiene siempre.