Fuimos destinados en una adivinación con cartas
Ella fue la reina de corazones y yo el jota de tréboles
Por la medianoche, el jueves
Me tropecé con ella en el puente
Le dije que no llorara, pero lloró
Mientras bajaba del guardarraíl
¿Está mojado tu pelo,
O mojada está la vida?, le pregunté
¿Todo el tiempo llueve para ti con el viento?
¿Estás soñando despierta,
o estás harta de las preguntas?
¿Nunca se acaba el otoño en tus ojos?
Hazte un copo de nieve, pósate sobre mi lengua
Hazte un copo de nieve, derrítete en mi boca
Estuvo empapada, se desvistió, me tocó el cuerpo
En mi piel arrugada
Encontró mis células de vida
Estuve feliz, se durmió; la abracé mientras ella hablaba en sueños
De nombres desconocidos, a mi lado, desnuda
En mi sueño, estaba orgulloso, decía:
Lo sabía, hay que creer en la adivinación con cartas
Me desperté, me quedé mirando la letra
Escrita por un dedo imaginario, sobre el vaho en la ventana:
Adiós!