Pelé era Pelé. Y Maradona, uno y basta.
Di Stéfano era un pozo de picardía.
Honor y gloria a quienes han hecho que brille el sol
de nuestro fútbol de cada día.
Todos tienen sus méritos, a cada quien lo suyo,
pero para mí ninguno como Kubala.
Se ruega al respetable silencio,
que para quienes nunca le han gozado haré cinco céntimos1:
La para con la cabeza, la baja con el pecho,
la duerme con la izquierda
y atraviesa el medio campo con el esférico
pegado a la bota.
Se va del volante y entra en el área grande
rifando la pelota,
la esconde con el cuerpo, empuja con el culo
y sale de espuela.
Se mea al central con un tuya-mía
con dedicatoria.
Y la toca justo para ponerla
en el camino de la gloria.
Viva el conocimiento y la alegría del juego
adornada con un toque de fantasía.
Fútbol en colores, bocado de "gourmet",
encaje de ganchillo, canela fina.
Cuando la para con la cabeza, cuando la baja con el pecho,
cuando la duerme con la izquierda,
cuando atraviesa el medio campo con el esférico
pegado a la bota.
Cuando se va del volante y entra en el área grande
rifando la pelota,
y la esconde con el cuerpo, y empuja con el culo
y sale de espuela.
Y se mea al central con un tuya-mía
con dedicatoria.
Y la toca justo para ponerla
en el camino de la gloria.
Permitidme glosar la gloria de estos hechos
como lo hacían los griegos unos años atrás.
Con la alegría de quien ha jugado a su lado
y lleva su retrato en la cartera.
Cuando la para con la cabeza, la baja con el pecho,
la duerme con la izquierda...
1. un resumen