En las catacumbas
de la ciudad de Nueva York,
¡tienen su guarida
las enemigas del amor!
Y persiguen a los rubios
y, a los morenos, guerran dan...
¡Yo no sé, en verdad, qué quiere
la secta gris del Ku Kux Klan!
Con sus camisones
y con sus gorros de dormir,
arman procesiones
para tumbarse de reír...
Como ratas en la noche,
furtivamente se las ve;
y hay quien pide para ellas,
a todo gas, el TNT.
¡Ku Klux Klan!
¡A mí me das horror!
Yo pensaba ir,
mas ya no voy a Nueva York...
Para combatirlas,
se le ha ocurrido a un concejal
servirse del cuerpo
(es un decir) municipal.
Y han mandado a los voceros,
pero algo raro pasa allí:
¡de los fondos neoyorquinos
llevan tres meses sin salir!
¡Ku Klux Klan!
¡A mí me das horror!
No pensaba ir,
mas ya sí voy a Nueva York...
No pensaba ir,
mas ya sí voy a Nueva York...
¡Sí!