Adueñándose de esta ciudad,
deberían preocuparse,
Pero aparte de estos problemas
Creo que te enseñé bien.
Que no huiremos,
y no huiremos,
y no huiremos.
Que no huiremos,
y no huiremos,
y no huiremos.
Y en el cielo nocturno de invierno,
los barcos navegan,
Mirando con desprecio estas
luces de ciudad azules y brillantes.
Y no esperarán,
y no esperarán,
y no esperarán.
Estamos aquí para quedarnos,
estamos aquí para quedarnos,
estamos aquí para quedarnos.
Vuelven a aparecer los fantasmas aullantes
En las montañas que están llenas de miedo
Pero tu eres un rey y yo un valiente
Un valiente.
Su corona cubría el camino
mientras nos movíamos lentamente
Pasamos los ojos curiosos
de aquellos que dejábamos atrás.
Aunque lejos,
aunque lejos,
aunque lejos.
Todavía somos los mismos,
todavía somos los mismos,
todavía somos los mismos.
Vuelven a aparecer los fantasmas aullantes
En las montañas que están llenas de miedo
Pero tu eres un rey y yo un valiente
Y en el mar pintado de negro
Las criaturas acechan bajo la cubierta
Pero tu eres un rey y yo un valiente.
Y mientras el mundo se acaba
Estaré ahí para cogerte de la mano porque
Tu eres mi rey y yo soy tu valiente.
Un valiente.