¿Cómo no pensar en ti?
Ya no puedo pensar más en ti
¿Qué hago sin ti?
Sin ti todo es tristeza
El día, con calor inesperado
y con agua primaveral,
se lleva el arcoiris
y llena el vacío
Ya no puedo ser otro...
¿Cómo no llorarte?
No existen las lágrimas de aprecio.
Solo que éstas nuevamente se derraman,
Aunque no me avergüence de ellas.
En [mi] incontrolable cabeza
Solo ronda la pregunta:
«¿Y si mi madre me telefonea,
qué le diré?»
Qué deseos de no extrañarte tengo,
Tengo deseos de extrañar pero no, a ti.
Es imposible justificar
El vacío que llevo dentro.
El día, con calor inesperado,
Me ha acogido de tal manera,
Como la niñez en el patio [de juego].
Pero ya no puedo estar solo,
Alma [mía], hazte insensible
¿Cómo no llorarte?
No existen las lágrimas de aprecio.
Solo que éstas nuevamente se derraman,
Aunque no me avergüence de ellas.
En [mi] incontrolable cabeza
Solo ronda la pregunta:
«¿Y si mi madre me telefonea,
qué le diré?»
¿Acaso no se fraguó durante años?
¿Ocurrió o no? Quizás
¿Quizás es precipitado o muy tarde para hablar?
¿Tal vez es necesario explicar o hablar sinfín?
Es que no hay quién recoja esas piedras,
No hay a quién componerle una oda,
Es imposible sobrevivir en el desierto,
Y dejar de ser cercano a alguien...
¿Cómo no llorarte?
No existen las lágrimas de aprecio.
Solo que éstas nuevamente se derraman,
Aunque no me avergüence de ellas.
En [mi] incontrolable cabeza
Solo ronda la pregunta:
«¿Y si mi madre me telefonea,
qué le diré?»