Ey, ey... ey, ey.
Nunca te convencí para que convirtieras esta casa en un hogar.
Te puse en un pedestal y te asenté en un trono.
Encontré todos tus esqueletos, tu clóset lleno de huesos.
Veo que te enorgulleces de los ojos inyectados en sangre, sé que estás drogado.
Puedo oír el resentimiento en tu tono.
Dijiste que jamás lo lograría por mi cuenta.
Quizá simplemente estoy mejor sola, demasiado entumecida para lidiar,
demasiado entumecida para sentir el cuchillo en mi espalda.
Judas, ey.
Oh oh, Judas, ey.
Judas, ey.
Oh oh, Judas, ey.
Puedo verte llegar desde una milla de distancia
y toda la mística de tu pretensión se desvanece.
Recuerdo todos los modos retrógradas en que me hacías quedarme,
rogando que te diera cuerda; creo que necesitas cambiar tu cerebro.
Puedo oír el resentimiento en tu tono.
Dijiste que jamás lo lograría por mi cuenta.
Quizá simplemente estoy mejor sola, demasiado entumecida para lidiar,
demasiado entumecida para sentir el cuchillo en mi espalda.
Judas, ey.
Oh oh, Judas, ey.
Judas, ey.
Oh oh, Judas, ey.
No necesito que hagas un esfuerzo; esto debería salirte natural.
Nada puede durar para siempre y tú eres tan pesimista.
Yo era tu preciada pesesión, ¿y quién era tu exorcista?
Pensé que te había enviado el cielo; te marchaste por todo el infierno.
Puedo oír el resentimiento en tu tono.
Dijiste que jamás lo lograría por mi cuenta.
Quizá simplemente estoy mejor sola, demasiado entumecida para lidiar,
demasiado entumecida para sentir el cuchillo en mi espalda.
Judas, ey.
Oh oh, Judas, ey.
Judas, ey.
Oh oh, Judas, ey.
Judas, ey.
Oh oh, Judas, ey.
Judas, ey.
Oh oh, Judas, ey.
Ey, ey... ey, ey.
Ey, ey... ey, ey.