Tú siempre has sido muy tímido,
Reservado y tranquilo, pero querido,
Oh, ahora no estás aquí
y yo no te consigo*.
Todavía te estoy esperando
y pongo la mesa para los dos.
Ven a nuestra casa,
Tú sabes perfectamente, que te amo.
Los días se hacen largos sin tu presencia,
Pues ya no te veo más**,
Pero te busco por todos lados
y pregunto: ¿dónde estás?
Todavía te estoy esperando
y pongo la mesa para los dos.
Ven a nuestra casa,
Tú sabes perfectamente, que te amo.
Todavía te estoy esperando
y pongo la mesa para los dos.
Ven a nuestra casa,
Tú sabes perfectamente, que te amo.