Desde hace mucho tiempo
sufro por esperarte sin esperanza.
El recuerdo
del cálido abrazo,
de nuestras primeras noches ronda por mi mente.
Cuando vuelvas a buscarme, cerca de mí,
el dulce aroma de nuestras primeras emociones
te diré las dos palabras de despedida,
las dos palabras: "Te amo";
me dirán tu regreso a mí
todo un nuevo bautismo.
Me dirás lo triste que fue tu exilio
te diré cuánto te lloró mi corazón;
cerrarás tus ojos color amatista
para saborear mejor, entre mis brazos,
las palabras que diré cuando vuelvas.
Entonces vendrán días
días tristes arrastrando su monotonía,
y nuestros cuerpos cansados
huirá del pasado
y de su poesía.
Cuando te vayas lejos de mí
el olor turbio de nuestras emociones mayores,
te susurraré las dos palabras
eternas: "te amo"
y te los llevarás como
un gran recuerdo.
Te irás sin una palabra de despedida, altiva;
sin arrepentimiento, sin lágrimas, te irás.
Buscaré, para gritar mi tristeza
las palabras susurradas entre tus brazos,
las palabras que te diré cuando te vayas.