La nostalgia se fue conmigo
y, a través del sonido de mi voz,
en su fado más antiguo,
hizo mil versos hablando de nosotros.
Se rió bien a gusto de mí
sin siquiera oír mis lamentos
y, por capricho o maldad,
recorrió conmigo la ciudad
hasta hace pocos momentos.
Ya me dejó,
se fue ya
la nostalgia que llamé maldita.
Ya en mis ojos no llora,
ya en mis sueños no grita,
ya me dejó,
se fue ya,
mi tristeza llegó a su fin,
ya me dejó ahora mismo,
salió por la puerta afuera
al verte volver a mí.
Ni siempre la nostalgia es triste
ni siempre la nostalgia es llanto y dolor.
Si como pago la nostalgia existe,
la nostalgia no duele tanto, amor.
Pero mientras no venías,
fue tan grande mi sufrimiento,
pues no sabía que tenías
como pago de mis nostalgias
más nostalgias aún que yo.