No me corresponde decir que me amas,
no me corresponde decir que siempre te importará.
Oh, pero aquí, en este momento, puedo abrazarte fuerte
y poner tus labios contra los míos,
y soñar que este amor perdurará.
Hasta donde puedo ver, esto es el cielo
y, hablando por mí, es para que lo compartamos.
Tal vez el brillo de tu amor crecerá
con cada día que pase.
O tal vez no nos volvamos a ver nunca, pero una vez más,
no me corresponde decirlo.