Quizá bastaba respirar,
sólo respirar un poco
hasta recuperar cada latido
y no buscar el momento para marcharme.
No te marches.
Porque esto no puede
volverse un hábito,
un diciembre sin ti.
Quien se queda aquí
espera lo imposible.
En cambio no, no hay
más tiempo para explicar.
Para preguntar si
te di amor.
Estoy aquí
y aún tengo cosas que decir... aún.
¿Por qué se rompen entre mis dientes
las cosas más importantes, esas palabras
que nunca expresamos?
Y me sumerjo en mi dolor
para hacerlas salir, traerlas aquí.
Una por una aquí.
¿Las oyes?
Pesan y se posan
por siempre sobre nosotros.
Y si faltas tú,
no sé repetirlas.
¡Ya no puedo decirlas!
En cambio no,
aquí llueven los recuerdos
y yo haría más
que admitir que ahora es tarde.
Como quisiera
poder hablar todavía... todavía.
En cambio no, no tengo
más tiempo para explicar
que yo también tenía, yo,
algo que esperaba
frente a mí.
Algo que terminar contigo.
Quizá me basta respirar,
sólo respirar un poco.
Quizá es tarde.
Quizá en cambio no.