Altiva y soberbia, cual diosa pagana,
pasaste a mi lado mostrando el rencor
y desde aquel día yo sé que he perdido,
la gloria inefable de un sueño de amor.
No extraño tus besos que fueron fingidos,
ni extraño tus labios de raro dulzor...
tan sólo me duele el fulgor de tus ojos,
que ayer me miraron con tierna pasión.
Ref.
Ojos que fueron estrellas que guiaron mi alma,
que me roban calma si me niegan crueles
cuando ansioso busco su mirar de amor.
Ojos que fueron las redes donde prisionero,
te adoré sincero y me han hecho esclavo,
al poner en mi alma la azul ilusión.
Pero tu alma, desdeñosa y fría,
no sabía de amores para mi dolor.
Fueron tus ojos los que me mintieron
tan engañadores, como aquel fulgor.
Y ahora arrastro la cadena del recuerdo triste
del pasado hermoso, al vivir dichoso
en los dorados brazos de aquella ilusión.
***
Amores fingidos son, cual mariposa,
como ella engañosa que igual que una flor,
nos mienten cariño, nos hieren el alma,
se llevan la esencia y nos dejan dolor.
Pero yo no siento el dolor de la herida,
que abrió dentro mi alma tu negra traición,
ni me sorprende tu enorme falsía,
porque son hermanas: mujer y traición.
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