Fraile Francisco se marchó una vez a ultramar
Hasta las tierras de Babilonia para predicar,
con sus compañeros en el camino de los Sarracenos
¡Fueron prisioneros y golpeados, los pobres!
Fraile Francisco habla
y predica tan bien
Que el grande Sultán escucha
I lo admira mucho
Lo libera de sus cadenas
así Francisco se marchó
para predicar, a Babilonia
Fraile Francisco se paró para descansarse
Y una mujer que quería acercarse,
Bello era su rostro, pero venenoso, su corazón
con su cuerpo, le convidaba a pecar
Fraile Francisco habló:
“Contigo voy a pecar”
En el fuego se extendió
le tendió sus brazos
Se arrepintió, se convirtió
entonces, Francisco se marchó
para Babilonia, a predicar.