Es un sentimiento nuevo
que me refuerza la vida,
la pasión en la garganta,
el eros que se hace palabra.
Tus extrañas inhibiciones
no son parte del sexo,
los deseos míticos de prostitutas libias,
el sentimiento de propiedad que fue pre-alejandrino.
Tu voz, como el coro
de las sirenas de Ulises, me encadena.
Y es bellísimo perderse en este hechizo,
es bellísimo perderse en este hechizo.
Todos los músculos del cuerpo
están listos para el apareamiento.
En el Japón de las geishas
se abandonan al amor.
Tus extrañas inhibiciones
que provocan el placer,
el shivaísmo tántrico
de estilo dionisiaco,
la lucha pornográfica
de los griegos y de los latinos.
Tu piel, como un oasis
en el desierto, aún me captura.
Y es bellísimo perderse en este hechizo,
es bellísimo perderse en este hechizo.
Los deseos míticos de prostitutas libias,
el sentimiento de propiedad que fue pre-alejandrino.
Tu voz, como el coro
de las sirenas de Ulises, me encadena.
Y es bellísimo perderse en este hechizo,
es bellísimo perderse en este hechizo.