Mi historia comienza desde donde sabes,
desde los susurros y las acusaciones con labios cerrados y,
y... desde un sueño sellado en una lágrima
sobre los tatuajes como escudo sobre las venas
para nunca olvidar, atravesando una época.
Luego llegaste tú con esa sonrisa que irrumpe
como la tierra que tiembla y el mundo que cambia y,
y... y no te pedí nada y me parecías Dios.
Tú me miraste y dijiste:
"Te sigo hasta donde quieras, incluso en otra vida".
Pero la historia no puede mediar
el destino de quien vivió para amar.
Llora cuanto quieras, mientras yo recordaré tu sonrisa
y me disculpo por decirlo pero el destino nos traicionó.
Pero no diré nunca, nunca a nadie lo que pienso.
Lo que es nuestro se queda nuestro
y de la guerra que ya he perdido.
"Y corre, no te detengas, corre".
Me lo decías y lo decía yo también.
Descansaremos quizá solamente
sobre el río que nutrí de arrepentimiento.
Y corre, no te detengas,
quizá yo la perdí en esos días confusos,
la llave para abrir mis ojos cerrados.
Y creía que los veinte años habían sido el peor momento
si no fuera que casi a los cuarenta... dejémoslo así.
Y quise ser único, especial.
Y tuve que sentirme nada para sentirme normal
pero por ti lo volvería a hacer de nuevo.
El mundo no podía detener
el destino de quien vivió para amar.
Llora cuanto quieras, mientras yo recordaré tu sonrisa
y me disculpo por decirlo pero el destino nos traicionó.
Pero no diré nunca, nunca a nadie lo que pienso.
Lo que es nuestro se queda nuestro
y de la guerra que ya he perdido.
Y corre, no te detengas,
quizá yo la perdí en esos días confusos,
la llave para abrir mis ojos cerrados.
He consumado aplausos verdaderos, medios y falsos,
consejos equivocados que consumaron años.
Y aprendí a sentirme fuerte con cada ofensa nunca devuelta.
Es el destino para mí, y para mí el amor es lo primero.
Llora cuanto quieras, mientras, yo recordaré tu sonrisa
y no recrimino nada pero la suerte nos ha despreciado.
Te tenía adentro, estabas en el centro como columna, como altar,
como el destino de quien, como yo, vivió para amar.