Quién va por ahí diciendo
que odio mi trabajo,
no sabe con que amor
me dedico a la trilita;
es casi independiente,
faltan un par de horas,
luego yo le daré su voz:
el detonador!
Mi Pinocho, frágil
pariente de artesanía
de artefactos construidos
a escala industrial,
de mí nunca harà
un Caballero de la Obra:
yo soy de otra raza,
soy bombarolo !
En el bajar las escaleras
pongo más atención,
sería imperdonable
ejecutarme en el portòn
justo en el día en que
la decisión es mía
sobre la condena a muerte
o la amnistía.
Por la calle muchas caras
no tienen un buen color:
el que no aterroriza
cae enfermo de terror.
Hay quien espera la lluvia
para no llorar a solas…
Yo soy de otra opinión,
soy bombarolo!
Intelectuales de hoy,
idiotas de mañana,
devuélvanme el cerebro
bastante para mis manos;
profetas muy acróbatas
de la revolución:
hoy actùo por mi cuenta,
sin lecciòn!
Os encontraré a los enemigos
para ustedes tan lejos
y después de matarlos
estarè en los fugitivos;
pero hasta que los busco yo
los fugitivos son ellos:
elegí otra escuela,
soy bombarolo!
Poder, demasiadas veces
delegado en otras manos,
suelto y devuelto a nosotros
por tus aviones,
vengo a devolverte
algo de tu terror,
de tu trastorno,
de tu ruido.
Así pensaba fuerte
un treintañero desesperado.
Si no estaba todo justo
casi nada equivocado,
en busca de un lugar adecuado
para su dinamita,
en fin, el lugar digno
de un bombarolo.
Hay quien lo viò reír
frente del Parlamento
esperando la explosión,
prueba de su talento;
hay quien lo viò llorar
un torrente de vocales
viendo explotar
un quiòsco de periòdicos.
Pero lo que le hizo daño
en el profundo de su orgullo
fue la imagen de ella
asomandose desde cada hoja
lejos de lo ridículo
en que lo dejó solo,
pero en portada con
el bombarolo!