Le dije a mi corazón que la lvidara,
su jueguecito se conoce bien.
Le dije a mi corazón, 'es mejor que nos separemos',
pero, mi corazón, tiene sus propias ideas.
IQué locura pensar que yo podría dirigirlo!
¡Qué ridículo siquiera empezar!
Si gano, si pierdo o si silbo una tonada,
tengo que seguir el juego hasta el fin.
Le dije a mi corazón que tuviera cuidado,
que no nadara en aguas muy profundas;
no presta atención a las cosas que menciono,
al peligro en ciernes: está dormido.
Demasiado tarde para volver atrás, todo terminó;
ido es el amor que he conocido.
Me perdí en las prisas, pero aún tengo la ilusión,
"Porque mi corazón tiene sus ropias ideas".