Traedme
un mechón de su pelo en la cama
no tengo nada
excepto este último deseo:
percibir su olor en el cojín.
En mi vida permanecí deseoso de ella.
Y ahora me conocen por ti
y ahora me piden por ti
en mi mano leen tu nombre
por tu culpa me entierran vivo
Ahora voy allí
donde no se vive de la esperanza.
Se cansó
esta alma de perdonar.
Mi estrella no duró mucho tiempo,
viniste cuando ya se había apagado.