Estoy quebrada.
Hay un extraño al teléfono.
Algo falta desde hace siete años.
Me dices: "Cariño, ya no llores".
Eso es el pasado y no en lo que nos hemos convertido pero lo sé.
Estoy temblando.
No me queda ni un respiro.
Toda esta tristeza es tan fría que no puedo hablar.
Mírame a los ojos.
Sabes que está bien
que no hayamos logrado el para siempre.
Ven, toma mi mano.
Aférrate a este último minuto que tenemos juntos.
No estoy lista para decir adiós.
Tú y Dios saben todos los años que lo he intentado.
Y si ya se acabó, dame la fuerza para irme
pues sé que nunca voy a estar,
nunca estaré lista para decirte adiós.
Tus maletas están hechas.
Te esperan en la puerta.
Pero es difícil imaginar
que ya no vivirás aquí.
Tengo miedo del mañana
y del vacío que llegará
pero he cambiado para mejor
desde que conocí tu amor.
Así que mírame a los ojos.
Sabes que está bien
que no hayamos logrado el para siempre.
Ven, toma mi mano.
Aférrate a este último minuto que tenemos juntos.
No estoy lista para decir adiós.
Tú y Dios saben todos los años que lo he intentado.
Y si ya se acabó, dame la fuerza para irme
pues sé que nunca voy a estar,
nunca estaré lista para decirte adiós.
Nunca estaré lista.
E incluso si lo intentáramos,
terminaríamos justo de vuelta en este lugar juntos.
Esto no es una mentira.
Lo que tuvimos siempre será amor verdadero por siempre.
Pues no estoy lista para decir adiós.
Tú y Dios saben todos los años que lo he intentado.
Y si ya se acabó, dame la fuerza para irme
pues sé que nunca voy a estar.
No estoy lista para decir adiós.
Tú y Dios saben
todos los años que lo he intentado.
Y si ya se acabó, dame la fuerza para irme
pues sé que nunca voy a estar,
nunca estaré lista para decirte adiós.
Nunca estaré lista.