Al borde del lago
Y a los pies de los sauces
Deseamos entender a la humanidad.
La Luna está sola
mientras sus enemigos duermen
así podemos vislumbrar en secreto.
Lo que fue quedará en nosotros
y a los pies de los sauces,
hacemos nuestro regreso al bosque nocturno.
Y ahora Usted es mi ancla
en el delirio de este día
y su nombre será mi plegaria:
¡Hécate, Hécate, Hécate!
Usted que me ha dado los sueños
Y ahora sueño con Usted
Hécate, venga a mi encuentro.
Lo que nos queda es la espera
y la esperanza y la intriga
y el deseo de recorrer los campos.
Sin descanso arriesgaremos todo y tenemos al viento en nuestra contra, mientras vamos.
Seguimos las huellas,
mas los animales del bosque hace tiempo ya se fueron a dormir.
Y su imagen es mi ancla
Y en el delirio de este día
Su nombre será mi plegaria.