A veces me pareces caprichosa,
no te puedo entender,
a veces tan distante de mis cosas,
no te puedo querer.
Pareces egoísta y orgullosa,
queriendo mandar tú,
y a veces hasta un poco vanidosa,
que bien lo sabes tú.
Después en un momento cambias tanto,
que mi infierno se hace azul.
Y así sólo tú
te haces a mis ojos grande, grande
como sólo lo eres tú.
Que triste cuando ve a los amigos
quererse como ayer,
andando de la mano por las calles
y tú sin comprender.
Después en un momento cambias todo
y me quieres otra vez.
Y en un instante tú
te haces a mis ojos grande, grande
como sólo lo eres tú.
Pensar que tú... Pensar que tú
me humillas tanto sin tener razón
y ya no sé, y ya no sé si voy o vengo,
si te quiero o no.
Te odio, y luego te amo, y luego te odio
y luego te amo.
Y en un instante yo
me olvido de las cosas que me has hecho
y te doy todo mi amor.
(La repetición de la última estrofa)