Las sombras de la tarde
vendrán, trayendo tu evocación.
Las voces de la brisa
dirán tu nombre, como un rumor
y, en el jarín del alma,
renacerá un flor
y temblarán las manos
al presentir tu amor.
Será más puro el cielo,
más fresco el aire, más tibio el sol.
Los pájaros del bosque,
imitarán tu voz
y pasará un cortejo
de risas y de cantos,
por el camino blanco
que me traerá tu amor...
Te buscó mi fe
en la oscuridad,
sin saber por qué.
Te soñó mi afán
en la soledad,
sin querer soñar.
Te llamó mi voz
y tu voz me respondió...
Y, en tu voz, hallé fe
para esperar tu amor.
Pero, si tu amor
sólo fue visión
de mi soledad;
si mi afán de luz
me llevó a soñar
con tu irrealidad...
Si jamás vendrás
hasta mi rincón feliz,
cuando no llegués
llorará un zorzal,
¡morirá un jazmín!