En la clasificación de las prioridades
en primer lugar he puesto la libertad,
pero esto no me ha impedido
haberla escogido a ella,
ella que millones y millones de veces escogería de nuevo.
Porque no hay nada que pueda darte más
que un gran amor
que desplace el sentido de libertad
que se profundiza
como los ojos de un sabio
y simple como un niño,
claro como la mañana.
Pero tú que todo tomas y botas cuando quieres,
hay algo que no tendrás jamás.
Quita las manos del corazón.
No puedes golpearlo si no lo ves.
Usa todo tu poder,
de lo contrario nunca tendrás
algo en lo que no creas.
Quita las manos del corazón.
No puedes entender si no lo sientes.
Es un viento transparente.
Es la luz del horizonte donde yo me pierdo
y tú ya no estás.
La posesión te hace sentir grande
pero en el fondo todos somos esclavos de lo que tenemos,
no lo que deseamos.
Pero la riqueza verdadera que cada quien tiene
es solamente lo que damos,
lo que tenemos dentro.
Es algo que tu no tienes,
que nunca tendrás.
Quita las manos del corazón.
No puedes comprar lo que no se vende.
Un amor no se agarra,
es inasible como el viento.
No se rinde, no se rinde.
Quita las manos del corazón.
No puedes golpearlo si no lo ves.
Es un viento transparente y ligero.
Es la luz del horizonte donde yo me pierdo
y tú ya no estás.
(En mis ojos, en mis días, tú no estás...)
Y tú ya no estás.
(En mi realidad y en mi fantasía, tú no estás...)
Y tú ya no estás.
Y tú ya no estás.
Y tú no estás.