Te abrazaría a tu voz si pudiese hacerlo
Mi testigo más escondido es tu corazón de juicio*
Tú eras mi respiración, te has hecho extranjero
Ya eres de los extranjeros, ya eres de los extranjeros.
Ya por la escarcha mi cuerpo cubierto está,
Preguntame una vez si mi alma está aún allá
Tú eres la razón de mi indolencía y de mi fátiga...
Tú corazón es como noche, algún día se ilumine,
¡No seas tan duro, hombre!
No pongas cualquiera a quien conoces en tu corazón
Como si se pararen hasta la muerte.