No empieces a quitarte la camisa,
no vas a convencerme como siempre.
Se ha roto el espejo de tu vida...
Te espera un tiempo gris de mala suerte.
Yo fui esa pared que utilizabas
para apoyar la piel de vez en cuando;
para jugar al hombre, para calmar tu fiebre...
Para sentirte un Dios omnipotente.
Fui tu esclava,
encadenada a una cama.
Una autómata sin sueños y sin alma...
¡Pero esto se acaba!
Fuera... Hoy mi fe te condena...
¡Fuera!
¡Fuera!
¡Fuera!
¡Fuera de mi vida!
Esta vez la gota reventó la copa.
¡Fuera de mi vida!
Ya no quiero nada
de lo que me dabas,
como una limosna de tu hipocresía...
¡Fuera de mi vida!
Cuando digo fuera
rompo las cadenas
¡Fuera de mi vida!
Si me ves llorando
es mi desencanto:
hoy veo a un extraño
y yo te amaba tanto...
Tanto... Tanto...
Estabas convencido con un juego;
para decir verdad, estabas ciego.
Yo no compré ninguna de todas tus mentiras:
cuando tú me engañabas, lo sabía.
¡Fuera de mi vida!
Esta vez la gota reventó la copa.
¡Fuera de mi vida!
Ya no quiero nada
de lo que me dabas,
como una limosna de tu hipocresía...
¡Fuera de mi vida!
Cuando digo fuera
rompo las cadenas
¡Fuera de mi vida!
Si me ves llorando
es mi desencanto:
hoy veo a un extraño
y yo te amaba tanto...
¡Fuera de mi vida!
Esta vez la gota reventó la copa.
¡Fuera de mi vida!
Ya no quiero nada
de lo que me dabas,
como una limosna de tu hipocresía...