Fuensanta:
dame todas las lágrimas del mar.
Mis ojos están secos y yo sufro
unas inmensas ganas de llorar.
Yo no sé si estoy triste por el alma
de mis fieles difuntos
o porque nuestros mustios corazones
nunca estarán sobre la tierra juntos.
Enjúgueme los llantos con que lloré
el tiempo amargo de mi vida inútil...
Fuensanta:
¿tú conoces el mar?
Dicen que es menos grande y menos hondo
que el pesar.
Yo no sé ni por qué quiero llorar:
será tal vez por el pesar que escondo,
tal vez por mi infinita sed de amar.
Hermana:
¡dame todas las lágrimas del mar...!
[Instrumental]
Será tal vez por el pesar que escondo,
tal vez por mi infinita sed de amar.
Hermana:
¡dame todas las lágrimas del mar...!