¡Algarabía!, me dirijo al lago,
un salvador,
construyo un barco y rezo un poco,
porque estoy asustado.
El sol brillaba y el lago se inundaba;
girasoles, girasoles, moscas mueren.
Pero hoy, debo salvar al mayor número de moscas posible,
llevo una cuerda en cada mano, -con determinación,
me tiro hacia el abismo e intento,
traer a las moscas de regreso,
pero la juventud las alcanza donde luchan,
el arroyo y el agua.
Así que el día continua,
a bordo, comencé a pelear contra la corriente
la cual ya había matado a tantas.
No puedo respirar y estoy más pesado con cada ola que pasa,
necesito un milagro,
porque me ahogo - en pecados
intento mantenerme a bordo.
Llegué a tierra y salvé mi vida,
hacia la playa,
me tiro en una roca caliente y me dejo secar otra vez,
me tiro hacia el abismo e intento,
traer a las moscas de regreso,
pero la juventud las alcanza donde luchan,
el arroyo y el agua.
Una ráfaga, completamente mojado,
osado, sintiendo al bote entre la corriente más fuerte
y cómo la tierra lento se aproxima.
Él está a la vez,
en la tierra y en mar, salvando
a las moscas que mueren aquí.
Especialmente a través de él,
eternas guerra y paz en ningún lado.
Pero no se reconocerá un buen sacrificio...
los días son muy largos.