Los amantes sobre el pasto alto
miran por encima de sí.
Sólo ellos pueden ver
a donde van las nubes.
Sólo para descubrir
que el polvo y la luz solar
siempre hacen que el cielo sea tan azul.
La tarde está brumosa,
el río fluye.
A todo su alrededor los sonidos
se mueven acercándose a ellos
contándoles la historia
contada por Flora.
Sueños que nunca conocieron.
Sauces plateados,
lágrimas de Persia,
aquellas que vienen
de una isla muy lejana.
El anacate invernal
yace a cubierto,
gloria del sol en azul.
Algunos la conocen como pasión.
Algunos como libertad.
Algunos lo conocen como amor.
Y en el camino que les deja
el verano trajo copos de nieve
por una estación
cuando el cielo encima es azul.
Cuando el cielo encima es azul.
Yaciendo en el pasto largo,
cerca de ella,
dándole el nombre
de a quien la luna ama.
Este será el día que ella
recordará
cuando supo que su corazón estaba
amando en el pasto largo
cerca de ella,
susurrando amor
y la forma en que los deja
yaciendo en el pasto largo
bajo la luz del sol.
Ellos creen que es amor verdadero.
Y en todos lados a su alrededor,
el secreto de Flora
contándoles sobre el amor
y la forma en que respira,
y alzando la mirada hacia los ojos de
Amaranthine,
pueden ver que el cielo es azul
sabiendo que su amor es verdadero.
Sueños que nunca conocieron
y el cielo encima es azul.