El perfume de estos cabellos
siempre lo he conocido,
las caricias de estas manos
siempre las he imaginado.
Cuando por la noche, en el sueño
venías a acariciarme
me despertaba cada mañana
con anhelos de besarte.
Por fin estás en mis brazos, eres mía
y ya no sufro más
de amor y de celos.
Hasta ayer sólo ha sido una locura
pero esta noche no es sueño
sino verdad.
Por fin me has besado, mi adorada,
has sanado este corazón enfermo,
ya ves que eres toda mi vida,
no te abandonaré por la eternidad.
Por fin me has besado, mi adorada,
has sanado este corazón enfermo,
ya ves que eres toda mi vida,
no te abandonaré por la eternidad.