Me gustaría atrapar en mis manos
todos estos aromas que se mezclan,
todos estos ecos que responden
y que no existirán más mañana.
Me gustaría saborear en mi boca
la embriagadora humedad de la noche
a quien sonrío sin verla,
la brisa que pasa y me roza.
Retener en mis brazos la noche
indolente y voluptuosa,
la noche cómplice y chismosa
que me persigue y me seduce
Con sus ojos de claro de luna
donde veo el sueño pasar
y el deseo humano se precipita...
La noche, una mujer como cualquiera.
una mujer como cualquiera.
Saber dónde se acuesta el viento
y salir para ir a sorprenderlo
en algún pequeño valle de hierba suave
donde el musgo crea un sofá.
¡Ah! Ver el color del silencio
si es más profundo que ancho;
ver los tonos suaves que toma
Con sus múltiples matices.
Retener en mis brazos la noche
indolente y voluptuosa,
la noche cómplice y chismosa
que me persigue y me seduce
Con sus ojos de claro de luna
donde veo el sueño pasar
y el deseo humano se precipita...
La noche, una mujer como cualquiera.
La noche, una mujer como cualquiera.