Dices que la colina es demasiado escarpada para escalarla, escalando.
Dices que te gustaría verme intentarlo, escalando.
Elige tú el lugar y yo el momento
y escalaré la colina a mi manera,
sólo espera un poco a que llegue el día adecuado
y mientras me eleve sobre las líneas de los árboles y las nubes
miraré hacia abajo escuchando el sonido
de las cosas que has dicho hoy.
Sin miedo, el idiota encaró a la multitud, sonriendo.
Sin piedad, el magistrado se da la vuelta, frunciendo el ceño
¿Y quién es el idiota que se pone la corona?
Sin dudarlo, a tu manera.
Y todos los días son el día adecuado
y mientras te elevas sobre las líneas del miedo en su frente
miras hacia abajo y escuchas el sonido de los rostros en la multitud.