Tengo una ciudad con aceras de roca
tan fuertes y antiguas que no le temen a la lluvia.
Y si hay sol puedo caminar en ellas
pero no sé con quién hablar.
Sin embargo hay alguien que sé que sabe quién soy.
Alguien que no debe pedirme perdón
pero cuando el vino de las tres está por acabarse,
ya no sabe qué decir, eh.
Quisiera detener el tiempo y viajar.
Despertar lejos no puede hacernos daño.
Creciendo sin perder el tiempo,
dejándonos llevar por el viento.
Curar cada mal
y luego hacer y deshacer.
Y luego hacer y deshacer.
Y luego hacer y deshacer.
He caminado con los zapatos llenos de rabia
por tanto tiempo que ahora ya no le temen a la arena.
Pero cuando veo nacer o morir al sol
tengo ganas de partir.
Sin embargo hay una calle que no sabe quién soy.
Un espejo al cual no pedirle perdón
por esas extrañas ganas de ser mejor
que cómo soy, eh.
Quisiera detener el tiempo y viajar.
Despertar lejos no puede hacernos daño.
Creciendo sin perder el tiempo,
dejándonos llevar por el viento.
Curar cada mal
y luego hacer y deshacer.
Y luego hacer y deshacer.
Y luego hacer y deshacer.