Venid todas las bellas y tiernas señoras,
tened cuidado como cortejéis tus señores.
Son como la estrella a la mañana del estío,
primero aparecen y luego desaparecen.
Te dirán alguna historia halagüeña
y declararán que te amen bien.
Luego irán a cortejar alguna otra señora
y te dejarán aquí morar en tristeza.
Querría ser un gorrión pequeño
y uno de los que pueden volar tan alto.
Y volaría a casa de mi fiel amor.
Cuando él hablara, estaría cerca.
Querría que nunca le había visto,
o que él muriese en su cuna.
Y me acostaría en mi tristeza y pesar
y trataría transcurrir mis problemas.
Si supiera antes de que había cortejar
que el amor sea tan difícil para obtener,
hubiera cerrado mi corazón con las llaves de oro
y lo inmovilizara con una clavija plateada.
O, amor es gran y el amor es encantador,
y el amor es puro cuando es nuevo,
pero amor envejece y enfría,
y desaparece con el rocío del amanecer.
Venid todas las bellas y tiernas señoras,
tened cuidado como cortejéis tus señores.
Son como la estrella a la mañana del estío,
primero aparecen y luego desaparecen.