Finjamos que soy un rey,
que esta es una espada y tú eres un soldado.
Finjamos que yo me duermo
y que cuando despierto todo ha pasado.
Finjamos que yo me escondo
y tú vienes a buscarme,
y que aunque no me encuentres, tú no te rindes
quizá porque solamente
me escondí en el lugar equivocado.
Finjamos que no me asusto
cuando llega el fin, tarde o temprano sucede.
Finjamos que quien tiene éxito,
se lo merece.
Finjamos que soy un héroe
y que puedo volar y vencer el mal.
Finjamos que eres diferente
y que a pesar de ello no quiero matarte.
Finjamos que puedo chasquear los dedos
y en un instante desaparecer
cuando lo que tengo delante no me gusta, no es justo
o sencillamente me hace daño.
Finjamos que yo vuelvo a casa esta noche
y que tú sigues en nuestro diván azul.
Finjamos que después nos abrazamos
y no nos soltamos... nunca más.