Sus ojos no se parecen a las estrellas,
Son las mariposas que laten en el fuego vivo.
Una tarde ordinaria se desvanece,
Pero con ella siempre es distinto.
Sus reproches son mensajeros de frialdad,
Como la hierba cortada en agosto.
Tal vez en sus palabras no hay ni pizca de verdad,
Pero su argumento es glorioso.
Estribillo:
En algún lugar los ángeles gritan: "Perdona, adiós",
El alma se derrite como una vela en el tenebrario,
La tristeza se derramó sobre mi corazón.
Soy tuyo para siempre, tu eres de nadie.
Su resplandor al sol ha eclipsado
Y la sangre se congela en su sombra.
Tal felicidad te sale caro,
Como sea, ella ya tiene la corona.
Cualquier valet en su gran baraja
Caerá como una víctima cegada por los celos.
Ella es la única, me deja y se larga,
Se va por un gran sendero.
Estribillo:
En algún lugar los ángeles gritan: "Perdona, adiós",
El alma se derrite como una vela en el tenebrario,
La tristeza se derramó sobre mi corazón.
Soy tuyo para siempre, tu eres de nadie.