No hay la mañana sin noche,
Ni la felicidad, sin desdicha,
No hay vida sin la muerte,
No hay encuentros sin despedidas.
Pero en la primavera temprana
Se rompen los hielos;
Yo creo en la eterna*
Primaveral crecida**.
No hay el cielo sin Sol,
No hay aves sin alas,
No hay vida sin la dicha,
No hay ni un solo día sin amor.
Y cada primavera
Se rompen los hielos
Y creo de nuevo
En la eterna crecida**.
Te veo en cada llovizna y en cada rocío,
Te oigo en cada vaivén de las olas,
Y en el susurro del bosque...
Quiero estar contigo en las buenas y en las malas***,
Durante el invierno y el verano, de noche y de día...,
Para unir nuestras respiraciones,
Las lagrimas y las sonrisas...
¡Y eso significa - el amor!
No hay la mañana sin noche
Ni la felicidad sin desdicha
No hay vida sin la muerte,
No hay encuentros sin despedidas...
¡Recuerda mi amigo:
No hay aves sin alas!
No hay cielo sin Sol,
No hay ni un solo día sin amor.